Los meses de gestación son una época maravillosa para la mama. Los grandes cambios hormonales que se producen hacen que la piel se vuelva mucho más sensible y, por lo tanto, requiera unos cuidados especiales. Nuestra piel es un órgano vivo y a través de ella se eliminan toxinas de nuestro organismo. Actúa como un tercer riñón, ayudando a eliminar sustancias de deshecho que son solubles en agua. La humedad en contacto con el exterior se evapora, pero el sedimento queda depositado sobre la superficie. Por ello, la higiene facial diaria es una práctica indispensable para mantener la belleza. Además, de lo contrario, podemos correr el riesgo de acumular sobre ella cientos de partículas nocivas que a lo largo del día se depositan sobre nuestra piel, como son: humos procedentes de chimeneas y de la combustión de vehículos, tabaco, y sin fin de agentes procedentes de la contaminación medioambiental.
Durante el embarazo es preferible optar por el uso de cosmética natural, ya que algunos compuestos químicos pueden pasar al organismo y a la placenta a través de la piel. Los productos limpiadores han de reunir una serie de cualidades para que no resulten agresivos a la dermis, y de esta forma, poder evitar posibles desequilibrios del pH natural.
El yogurt, alimento por excelencia en nuestra sociedad, resulta ser un potente protector contra los elementos patógenos, ya que son atacados por el ácido que contiene. Favorece una acción anti-bacteriana, desinfectante y regeneradora. Por sus propiedades antiinflamatorias, nutritivas e hidratantes, se utiliza como bálsamo para calmar y curar los eritemas solares y los eccemas cutáneos. Puedes elaborar fácilmente una leche limpiadora de yogurt, que además de limpiar, hidrata y nutre gracias a su gran aporte vitamínico. Vierte en un recipiente una cucharada sopera de yogurt natural, preferiblemente de producción biológica. Añade una cucharadita de zumo de naranja. Mezcla y aplica masajeando suavemente. Retira con abundante agua.
El yogurt mezclado con fresas tiene efectos exfoliantes. Las pequeñas semillas de esta fruta ayudan a eliminar las células muertas, originadas por la regeneración natural de la piel. Rica en vitaminas A, B1, B2 y C, además de sodio, hierro, calcio, potasio, fósforo y magnesio. Tritura tres fresas junto con una cucharadita de yogurt natural. Si tu piel es seca, añade dos gotas de aceite de aguacate. Aplica masajeando suavemente para que las pequeñas semillas arrastren la suciedad acumulada en la piel.
La limpieza es imprescindible para mantener una piel saludable, pero como contrapartida, elimina aceites naturales y parte del manto hidrolípidico protector. Por tanto, una correcta limpieza ha de ir siempre continuada con una buena hidratación y nutrición, capaz de reponer esos alimentos perdidos.
Maripi GADET
Autora del libro Secretos de Belleza Natural
Editado por Grijalbo, Debolsillo y Bookspan en EE.UU.
Gracias Maripi!!!!!
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